Este es un blog en el que yo escribo pequeños cuentos sobre cosas que me vienen a la cabeza. Tambien hay algunos cuentos que ya han sido inventados pero los podreis diferenciar porque son muy conocidos.
Es mas bien para niños pero lo puede leer quien quiera.
Hansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel madrastra,
muy cerca de un espeso bosque. Vivían con muchísima escasez, y como no alcanzaba
el alimento para los cuatro, sus padres debieron plantearse el problema y tratar
de darle una buena solución.
Una noche, creyendo que los niños estaban
dormidos, la cruel madrastra dijo al leñador: — No hay bastante comida para
todos: mañana llevaremos a los niños a la parte más espesa del bosque y los
dejaremos allí. Ellos no podrán encontrar el camino a casa y así nos
desprenderemos de esa carga. Al principio, el padre se opuso rotundamente al
tener en cuenta la cruel idea de la malvada mujer. — ¿Cómo vamos a abandonar
a mis hijos a la suerte de Dios, quizás sean atacados por los animales del
bosque? — gritó enojado. — De cualquier manera, así moriremos todos de hambre
—dijo la madrastra y no descansó hasta convencer al débil hombre de llevar
adelante el malévolo plan que había trazado. Mientras tanto los niños, que en
realidad no estaban dormidos, escucharon toda la conversación. Gretel lloraba
amargamente, pero Hansel la consolaba. — No llores, querida hermanita,— decía
él— yo tengo una idea para encontrar el camino de regreso a casa. A la mañana
siguiente, cuando salieron para el bosque, la madrastra les dio a cada uno de
los niños un pedazo de pan. — No deben comer este pan antes del almuerzo.—
les dijo— Eso es todo lo que tendrán para el día. El dominado y débil padre y
la madrastra los acompañaron hasta adentrarse en el bosque. Cuando penetraron en
la espesura, los niños se quedaron atrás, y Hansel, haciendo migas de su pan,
las fue dejando caer con disimulo para tener señales que les permitieran luego
regresar a casa. Los padres los llevaron muy adentro del bosque y les
dijeron: — Quédense aquí hasta que vengamos a buscarlos. Hansel y Gretel
hicieron lo que sus padres habían ordenado, pues creyeron que cambiarían de
opinión y volverían por ellos. Pero cuando se acercaba la noche y los niños
vieron que sus padres no aparecían, trataron de encontrar el camino de regreso.
Desgraciadamente, los pájaros se habían comido las migas que marcaban el camino.
Toda la noche anduvieron por el bosque con mucho temor observando las miradas,
observando el brillo de los ojos de las fieras, y a cada paso se perdían más en
aquella espesura. Al amanecer, casi muertos de miedo y de hambre, los niños
vieron un pájaro blanco que volaba frente a ellos y que para animarlos a seguir
adelante les aleteaba en señal amistosa. Siguiendo el vuelo de aquel pájaro
encontraron una casita construida toda de panes, dulces, bombones y otras
confituras muy sabrosas. Los niños, con un apetito terrible, corrieron hasta
la rara casita, pero antes de que pudieran dar un mordisco a los riquísimos
dulces, una bruja los detuvo. La casa estaba hecha para atraer a los niños y
cuando éstos se encontraban en su poder, la bruja los mataba y los cocinaba para
comérselos. Como Hansel estaba muy delgadito, la bruja lo encerró en una
jaula y allí lo alimentaba con ricos y sustanciosos manjares para engordarlo.
Mientras tanto, Gretel tenía que hacer los trabajos más pesados y sólo tenía
cáscaras de cangrejos para comer. Un día, la bruja decidió que Hansel estaba
ya listo para ser comido y ordenó a Gretel que preparara una enorme cacerola de
agua para cocinarlo. — Primero,— dijo la bruja— vamos a ver el horno que yo
prendí para hacer pan. Entra tú primero, Gretel, y fíjate si está bien caliente
como para hornear. En realidad, la bruja pensaba cerrar la puerta del horno
una vez que Gretel estuviera dentro para cocinarla a ella también. Pero Gretel
hizo como que no entendía lo que la bruja decía. — Yo no sé. ¿Cómo entro?—
preguntó Gretel. — Tonta,— dijo la bruja— mira cómo se hace— y la bruja metió
la cabeza dentro del horno. Rápidamente Gretel la empujó dentro del horno y
cerró la puerta. Gretel puso en libertad a Hansel. Antes de irse, los dos
niños se llenaron los bolsillos de perlas y piedras preciosas del tesoro de la
bruja. Los niños huyeron del bosque hasta llegar a orillas de un inmenso lago
que parecía imposible de atravesar. Por fin, un hermoso cisne blanco,
compadeciéndose de ellos, les ofreció pasarlos a la otra orilla. Con gran
alegría los niños encontraron a su padre allí. Éste había sufrido mucho
durante la ausencia de los niños y los había buscado por todas partes, e incluso
les contó acerca de la muerte de la cruel madrastra. Dejando caer los tesoros a
los pies de su padre, los niños se arrojaron en sus brazos. Así juntos olvidaron
todos los malos momentos que habían pasado y supieron que lo más importante en
la vida es estar junto a los seres a quienes se ama, y siguieron viviendo
felices y ricos para siempre.
Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada. La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla. Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo. Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba… Pero pronto los días empezaron a ser más largos y los rayos de sol mas calidos… El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo. Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus lágrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
Habia una vez una pareja que hacía mucho tiempo deseaba tener un bebé. Un día,
la mujer sintió que su deseo ¡por fin! se iba a realizar. Su casa tenía una
pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín lleno
de flores hermosas y de toda clase de plantas. Estaba rodeado por una muralla
alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja. Un día, mirando
hacia el jardín, la mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas
que se veían tan frescas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y como
pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se
puso enferma. Su marido, preocupado, decidió realizar los deseos de la
mujer.
En la oscuridad de la noche el hombre cruzó la muralla y entró en el jardín
de la bruja. Rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas y corrió a
entregárselas a su esposa. Inmediatemente la mujer empezó a comerlas y a ponerse
buena. Pero su deseo aumentó, y para mantenerla satisfecha, su marido decidió
volver al huerto para recoger mas manzanas. Pero cuando saltó la pared, se
encontró cara a cara con la bruja. "¿Eres tu el ladrón de mís manzanas?" dijo la
bruja furiosa. Temblando de miedo, el hombre explicó a la bruja que tubo que
hacerlo para salvar la vida a su esposa. Entonces la bruja dijo, "Si es verdad
lo que me has dicho, permitiré que recojas cuantas manzanas quieras, pero a
cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo seré su madre." El
hombre estaba tan aterrorizado que aceptó. Cuando su esposa dio a luz una
pequeña niña, la bruja vino a su casa y se la llevó. Era hermosa y se llamaba
Rapunzel. Cuando cumplió doce años, la bruja la encerró en una torre en medio de
un cerrado bosque. La torre no tenía escaleras ni puertas, sólo una pequeña
ventana en lo alto.Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de la
torre, se paraba bajo la ventana y gritaba: "¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu
trenza! Rapunzel tenía un abundante cabello largo, dorado como el sol. Siempre
que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba en trenzas
y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza y se subía
hasta la ventana. Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la
torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó para escuchar. Quien
cantaba era Rapunzel. Atraído por tan melodiosa voz, el príncipe buscó entrar en
la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan
profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para
escucharla.
Uno de esos días, vio a la bruja acercarse a los pies de la
torre.El príncipe se escondió detrás de un árbol para observar y la
escuchó decir: "!Rapunzel! ¡Rapunzel!, ¡lanza tu trenza!" Rapunzel dejó caer su
larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana. Así, el principe supo como
podría subir a la torre. Al día siguiente al oscurecer, fue a la torre y llamó:
"¡Rapunzel!, ¡Rapunzel!, "¡lanza tu trenza!" El cabello de Rapunzel cayó de
inmediato y el príncipe subió. Al principio Rapunzel se asustó, pero el príncipe
le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le
había robado el corazón. Entonces Rapunzel olvidó su temor. El príncipe le
preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin
pensarlo mucho porque estaba enamorada del príncipe y porque estaba deseosa de
salir del dominio de esa mala bruja que la tenía presa en aquel tenebroso
castillo. El príncipe la venía a visitar todas las noches y la bruja, que venía
sólo durante el día, no sabía nada. Hasta que un día, cuando la bruja bajaba por
la trenza oyó a Rapunzel decir que ella pesaba mas que el príncipe. La bruja
reaccionó gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió
cortar todo el cabello de Rapunzel, abandonándola en un lugar lejano para que
viviera en soledad.Al volver a la torre, la bruja se escondió detrás de
un árbol hasta que vió llegar al príncipe y llamar a Rapunzel. Entonces
enfurecida, la bruja salió del escondite y le dijo: "Has perdido a Rapunzel para
siempre. Jamas volverás a verla". Por lo que el principe se quedó desolado.
Además, la bruja le aplicó un hechizo dejando ciego al principe. Incapacitado de
volver a su castillo, el principe acabó viviendo durante muchos años en el
bosque hasta que un día por casualidad llegó al solitario lugar donde vivia
Rapunzel. Al escuchar la melodiosa voz, se dirigió hacia ella. Cuando estaba
cerca, Rapunzel lo reconoció. Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso
triste cuando se dio cuenta de su ceguera. Lo abrazó tiernamente y lloró. Sus
lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego y de inmediato los ojos de él
se llenaron de luz y pudo voler a ver como antes. Entonces, felizes por estaren
reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy felices.
Yaneli era una niña a la que le costaba mucho estudiar, ella estudiaba y estudiaba pero cuando llegaba el examen todo se le olvidaba. Ella ya estaba cansada porque lo suspendia todo asi que cuando llego el dia de un examen final ella se copio de un compañero y aprobo.
Yaneli se sentia muy mal porque sabia que eso era trampa asi que cogio y se lo conto a su profesora, la profesora al ver que Yaneli estaba arrepentida decidio acerle otro examen a solas.
Yaneli lo hizo y muy bien ya que lo aprobo y paso de curso.
Yaneli decidio contarlo todo y aun asi consiguio pasar y se dio cuenta de que si estudias y no se te queda es porque has estudiado poco, Yaneli aprobo siempre sin copiar.
Había una vez una niña muy buena llamada Wendy,
que tenía tres hermanitos, y para que éstos se durmieran solía contarles
historias muy bonitas. La noche en que comienza nuestro cuento les
contaba las aventuras de Peter Pan. -....Y siempre está
haciendo buenas obras, y sabe volar, y le acompaña Campanita, que es una
niña con alas de mariposa, tan pequeña que cabe en la palma de la mano,
y además vive en un país maravilloso, que se llama la isla de Nunca
Jamás. -¡Ay Wendy......! Cuánto me gustaría poder viajar con él y no tenerme que dormir ahora, y mañana madrugar para ir al colegio. -Y a mi también......yo no quiero estar aquí. -Pero
¡será posible que todavía estéis despiertos, vamos todos a la cama!, y
tú Wendy, por favor, no les cuentes más cosas. ¡Ala, buenas noches, un
beso a los cuatro y a dormir! -Buenas noches papaíto. -Oíd, ¿Estáis viendo lo que veo yo? Hay alguien en la ventana.....Si son Peter Pan y Campanita.......... -Hola a todos, he oído que no queríais dormir y que os gustaría visitar con nosotros la isla de Nunca Jamás. -¡Sí.....sí......! -Muy bien. Campanita, échales un poquito de tu polvo mágico. Y
campanita, la niña mariposa, sacudió un poco sus alas, y en un instante
los niños se encontraban volando junto a ella y a Peter Pan. -¡Mirad, mirad que pequeñita se ve nuestra casa desde el aire! -Pues yo veo por allí acercarse una isla.....¡Uy, qué bonita! -Esa
es la isla de Nunca Jamás. En cuanto aterricemos, Campanita, llevas a
los niños al árbol de la alegría, mientras yo voy a dar una vuelta por
los alrededores del barco del capitán Garfio por si ha hecho alguna de
las suyas. -Está bien Peter Pan. Peter Pan, nada más llegar, se
acercó a vigilar la goleta del capitán Garfio. Éste era un pirata
malísimo y gran enemigo de Peter Pan, desde que por su culpa, según
contaba él, le había comido una mano un cocodrilo que siempre le
perseguía. En lugar de la mano, llevaba un garfio, y por eso le llamaban
así. Cuando Peter Pan avistó el barco, enseguida comprendió que algo
extraño ocurría, se acercó un poco más y lo que vio lo llenó de asombro. -¡Dios
mío, ha raptado a Flor Silvestre, la princesa india! Seguramente querrá
sonsacarle donde está mi escondite. Iré inmediatamente a rescatarla del
garfio de ese tunante. -¡Atención se acerca Peter Pan! ¡Socorro! -¡Al ataque! ¡Socorro! -¡Vamos! ¡Acabemos con él! -Dejádmelo a mí, yo lo atraparé. No te escaparás Peter Pan.....jajaja. El capitán Garfio lanzó un terrible mandoble sobre Peter Pan, pero éste lo esquivó y en un momento desarmó al malvado pirata. -¡Tú
si que estás listo, quieto!, si das un paso más caerás al agua y allí
está tu amiguito el cocodrilo esperándote. Vamos ríndete. -Me rindo, me rindo......¡Maldita sea! Entonces
Peter Pan, tomó en sus brazos a la princesa india y se alejó volando
del barco de los piratas para llevarla a su campamento. La princesa y su
padre, el gran jefe, agradecieron tanto lo que había hecho, que lo
invitaron a él y a sus amiguitos a una gran fiesta en el poblado. -Después de esta fiesta os mostraré la isla, ¿Eh Wendy, qué os parece? -Estupendo, gracias Peter Pan. -Vives en un país maravilloso. Y
así fue, fueron todos juntos a recorrer la isla. Comían sus frutos, se
bañaban en sus playas, y jugaban cuanto querían......Todos lo pasaban
sensacional, menos campanita, que estaba toda enfurruñada porque tenía
celos de Wendy. -Desde que han venido los niños sólo tiene ojos para Wendy, y a mi no me hace caso, ¡Qué desgraciada soy!. Tanto
lloraba y tan clara se oía su voz por el bosque que su pena llegó a
oídos del Capitán Garfio, y éste decidió raptarla, para ver si por
rabia, le decía donde podría encontrar a Peter Pan. -¡Id ahora mismo, tú
“ojo oblicuo” y “tú poco pelo” a raptar a Campanita, y que no se haga
de noche sin que hayáis cumplido mi orden! ¿Entendido?. -Sí, sí jefe, seguro que la traeremos. Mucho
trabajo les costó a “ojo oblicuo” y “poco pelo” capturar a Campanita
que volaba muy bien. Pero en un momento de descuido se hicieron con ella
utilizando un cazamariposas. Enseguida se la llevaron al capitán que se
puso contentísimo al verla. -¡Jajaja, jajaja! Aquí tenemos a
Campanita bien agarradita......jajaja......me han dicho que últimamente
Peter Pan no te hace mucho caso ¿verdad?. -Pues no mucho la verdad.......como está enseñando la isla de Nunca Jamás a los niños...... -Pues
¿sabes una cosa Campanita? Eso puedo yo arreglarlo, si tú me dices
dónde vive Peter Pan, yo te prometo separar a los niños de
él......jajaja..... -Pero ¿promete usted también no hacer daño a Peter Pan, Capitán Garfio? -Claro querida Campanita......prometo no hacerle daño yo personalmente. -Bueno siendo así.........el escondite de Peter Pan es en el árbol de la alegría, mire en este mapa de la isla, ¿ve? Aquí. El
Capitán Garfio dio un salto entusiasmado, y metiendo a Campanita en un
farol para que no pudiera escapar, se puso a dar órdenes a sus hombres: -Tú
“poco pelo” vas a ir inmediatamente al árbol de la alegría y dejas allí
este paquete. Ten mucho cuidado que es una bomba que estallará a las 12
en punto. Así que vete rápidamente, ¡vamos, vamos!. Eran las 11 y
media cuando “poco pelo” depositó el paquete en casa de Peter Pan. A las
12 menos cuarto, llegó éste con los niños y al ver el paquete lo cogió y
leyó en él: “No abrir hasta las doce en punto” y firmaba Campanita. -Vaya,
un regalo de Campanita, parece que suena algo dentro. Ahhhh, me da la
impresión de que es un reloj, ¡qué bien!, pero hasta las 12 no puedo
abrirlo, esperaré. Mientras tanto, Campanita, que había oído toda la
terrible maquinación del Capitán Garfio contra Peter Pan, estaba
nerviosísima, intentando salir del farol donde la había encerrado el
pirata. -Tengo que avisar a Peter Pan, si no salgo de aquí estallará la bomba y morirán todos. Tengo que escapar como sea. Tanta era su desesperación
que rompió el farol y voló tan rápido como pudo hacia el árbol de la
alegría. Faltaban sólo unos segundos para las doce. Campanita se lanzó
empicada hacia el paquete que Peter Pan sostenía en sus manos y
arrebatándoselo lo lanzó todo lejos que pudo. -Pero Campanita, ¿qué ocurre, porque has hecho eso, porque explota el paquete como una bomba? No entiendo nada. -Era
todo un plan para mataros, era una bomba de verdad, preparada por el
Capitán Garfio que me raptó. Yo por celos de Wendy le dije donde vivías.
Por favor, Peter Pan, te pido que me perdones, he podido mataros a
todos. -¡Claro que estás perdonada! Si no es por tu rapidez, no sé lo
qué hubiera pasado. Ahora hay que ir y darle su medicina al Capitán
Garfio. En un instante se plantó Peter Pan en el barco de los piratas y se los encontró a todos cantando: -“........Ahora
podremos hacer muchísimas más fechorías, porque el tema de Peter Pan ha
pasado a mejor vida....... ahora podremos hacer muchísimas más
fechorías, porque el tema de Peter Pan ha pasado a mejor vida.......” -¡Atención, se acerca Peter Pan!. -¡Eh, maldición, está vivo, a él piratas, no lo dejéis escapar! Esta
vez, Peter Pan, luchaba con la fuerza de un ejército entero, y
especialmente luchaba contra el Capitán Garfio que estaba empeñado en
empujarlo hacia el agua, donde esperaba el cocodrilo con su enorme boca
abierta. -¡Ah.....Peter Pan, esta vez acabaré contigo, ya estoy harto de que me estropees todos mis planes....! Estaba diciendo esto cuando tropezó con una soga y cayó al agua. -¡Socorro, socorro, auxiliooooooo, ahhh, que se me come el cocodrilo....! Y
efectivamente, el cocodrilo que estaba esperando la primera ocasión no
tardó ni un segundo en merendarse al Capitán con garfio y todo. Los
piratas, al ver esto, se rieron. -Por favor, Peter Pan, no nos hagas
nada a nosotros. Perdónanos y te prometemos cambiar de vida y ser buenos
de ahora en adelante. -Está bien, así sea. Y los piratas se
marcharon y no volvieron a hacer de las suyas. Peter Pan se reunió con
los niños, y todos decidieron volver a su casa para que sus padres no se
preocuparan por la tardanza. Así lo hicieron, pero había sido una
aventura tan bonita la que vivieron con Peter Pan, que nunca la
olvidaron en su vida, así que se la contaron a sus hijos cuando los
tuvieron, y éstos a sus hijos, y éstos a los suyos, y éstos a los
suyos..................
Un
linda mañana de primavera una gran novedad despierta a todos los
animales del
bosque, todos corren
muy contentos a conocer al pequeño príncipe llamado Bambi ,que acaba de
nacer.
El
pequeño intenta con mucha torpeza ponerse de pie, pero sin éxito cae
rápidamente; a él se le acerca Tambor, un conejo muy simpático que trata
de
acercársele.
Pasan
algunos días y Bambi y su madre salen a pasear al bosque, donde se
encuentran
con muchos animales desconocidos para el pequeñín. A su encuentro sale
Tambor
con algunos amiguitos.
Pobre
Bambi... tiene mucho que aprender confunde nombres de flores con
animales y
todavía no puede pronunciar correctamente las palabras.
Un
día su madre lo llevó a pasear por el campo donde conoció a falina, una
cierva que se encontraba
allí. Bambi estaba muy avergonzado por la presecia de ella, pero
rapidamente se
hicieron amigos.
De
pronto... todos se detienen frente a un ciervo que se destaca por su
gran
imponencia, era el rey,
y Bambi con un poco de miedo se esconde entre las patas de su
mamá.
El
otoño paso y el paisaje se cubrió de blanco, el invierno había llegado.
Fueron
pasando los días... hasta que una mañana el sonido de disparos invadió
el
bosque y alertó a todos los animales:
-Deprisa Bambi! Sálvate, corre para el bosque!
Bambi
corrió sin rumbo y con desesperación elevo un grito desgarrador llamando
a su
madre.
-
- Mamaaaaaaaaaa!.
Bambi
elevó los ojos y vio a el gran ciervo rey, y comprendió que él era su
padre y
que su pobre madre habia muerto.
La
primavera llegó invadiendo todo con amor, encontrando a Tambor y a Bambi
más
grandes y cada ves más amigos.
Mientras
paseaban, Bambi se encontró nuevamente con Falina y muy emocionado
comienza
a perseguirla. Pero de repente... otro ciervo enfrenta a Bambi
disputando a
Falina. Bambi gana la pelea y de ésta manera demuestra que es capaz de
defender
a la cierva.
Vuelve
el otoño y con él los cazadores y sus perros de caza. Una de las bala
alcanza
a Bambi que cae tendido sobre la tierra.
Mientras
tanto el viento reaviva una hoguera mal apagada y el fuego se extiende
por todo
el bosque. El papá de Bambi surgió en medio de las llamas para
socorrerlo.
Bambi se ha salvado, Falina y sus amiguitos también.
El
tiempo pasa y los
árboles jóvenes se prepararon para la llegada de la primavera, que trae
consigo la dicha de que Bambi y Falina sean padres de dos hermosos
ciervitos
viviendo bajo los arrayanes de aquel bosque encantado.
Habia una vez en un pueblo lejano escondido en el bosque en el que vivian familias a las que les gustaba estar en silencio y a solas. Entre ellos habia una familia los Gutierrez, que tenian una hija Bela a la que la vida que llebaban no le gustaba nada.
A ella le gustaba cantar y bailar y soñaba con que algun dia podria ir a la gran ciudad a triumfar como cantante, pero su familia y todo el mundo le decia que eso no iva a pasar.
Bela no se rindio y siguio cantando y bailando, pero su familia se canso de verla, porque decian que eso era pecado asi que le prohibieron bailar y cantar, Bela se entristezio mucho.
Un dia cuando su familia se fue a la cuidad a por probisiones Bela cogio su maleta y se fue a la gran ciudad a cumplir su sueño, una gran decision porque se hizo muy famosa, aunque no volvio a ver a su familia Bela fue feliz en parte y se dedico en cuerpo y alma a la musica y el baile.