miércoles, 2 de enero de 2013

La Casita de Chocolate


Hansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel madrastra, muy cerca de un espeso bosque. Vivían con muchísima escasez, y como no alcanzaba el alimento para los cuatro, sus padres debieron plantearse el problema y tratar de darle una buena solución.

Una noche, creyendo que los niños estaban dormidos, la cruel madrastra dijo al leñador:
— No hay bastante comida para todos: mañana llevaremos a los niños a la parte más espesa del bosque y los dejaremos allí. Ellos no podrán encontrar el camino a casa y así nos desprenderemos de esa carga.
Al principio, el padre se opuso rotundamente al tener en cuenta la cruel idea de la malvada mujer.
— ¿Cómo vamos a abandonar a mis hijos a la suerte de Dios, quizás sean atacados por los animales del bosque? — gritó enojado.
— De cualquier manera, así moriremos todos de hambre —dijo la madrastra y no descansó hasta convencer al débil hombre de llevar adelante el malévolo plan que había trazado.
Mientras tanto los niños, que en realidad no estaban dormidos, escucharon toda la conversación. Gretel lloraba amargamente, pero Hansel la consolaba.
— No llores, querida hermanita,— decía él— yo tengo una idea para encontrar el camino de regreso a casa.
A la mañana siguiente, cuando salieron para el bosque, la madrastra les dio a cada uno de los niños un pedazo de pan.
— No deben comer este pan antes del almuerzo.— les dijo— Eso es todo lo que tendrán para el día.
El dominado y débil padre y la madrastra los acompañaron hasta adentrarse en el bosque. Cuando penetraron en la espesura, los niños se quedaron atrás, y Hansel, haciendo migas de su pan, las fue dejando caer con disimulo para tener señales que les permitieran luego regresar a casa.
Los padres los llevaron muy adentro del bosque y les dijeron:
— Quédense aquí hasta que vengamos a buscarlos.
Hansel y Gretel hicieron lo que sus padres habían ordenado, pues creyeron que cambiarían de opinión y volverían por ellos. Pero cuando se acercaba la noche y los niños vieron que sus padres no aparecían, trataron de encontrar el camino de regreso. Desgraciadamente, los pájaros se habían comido las migas que marcaban el camino. Toda la noche anduvieron por el bosque con mucho temor observando las miradas, observando el brillo de los ojos de las fieras, y a cada paso se perdían más en aquella espesura.
Al amanecer, casi muertos de miedo y de hambre, los niños vieron un pájaro blanco que volaba frente a ellos y que para animarlos a seguir adelante les aleteaba en señal amistosa. Siguiendo el vuelo de aquel pájaro encontraron una casita construida toda de panes, dulces, bombones y otras confituras muy sabrosas.
Los niños, con un apetito terrible, corrieron hasta la rara casita, pero antes de que pudieran dar un mordisco a los riquísimos dulces, una bruja los detuvo.
La casa estaba hecha para atraer a los niños y cuando éstos se encontraban en su poder, la bruja los mataba y los cocinaba para comérselos.
Como Hansel estaba muy delgadito, la bruja lo encerró en una jaula y allí lo alimentaba con ricos y sustanciosos manjares para engordarlo. Mientras tanto, Gretel tenía que hacer los trabajos más pesados y sólo tenía cáscaras de cangrejos para comer.
Un día, la bruja decidió que Hansel estaba ya listo para ser comido y ordenó a Gretel que preparara una enorme cacerola de agua para cocinarlo.
— Primero,— dijo la bruja— vamos a ver el horno que yo prendí para hacer pan. Entra tú primero, Gretel, y fíjate si está bien caliente como para hornear.
En realidad, la bruja pensaba cerrar la puerta del horno una vez que Gretel estuviera dentro para cocinarla a ella también. Pero Gretel hizo como que no entendía lo que la bruja decía.
— Yo no sé. ¿Cómo entro?— preguntó Gretel.
— Tonta,— dijo la bruja— mira cómo se hace— y la bruja metió la cabeza dentro del horno. Rápidamente Gretel la empujó dentro del horno y cerró la puerta.
Gretel puso en libertad a Hansel. Antes de irse, los dos niños se llenaron los bolsillos de perlas y piedras preciosas del tesoro de la bruja.
Los niños huyeron del bosque hasta llegar a orillas de un inmenso lago que parecía imposible de atravesar. Por fin, un hermoso cisne blanco, compadeciéndose de ellos, les ofreció pasarlos a la otra orilla. Con gran alegría los niños encontraron a su padre allí.
Éste había sufrido mucho durante la ausencia de los niños y los había buscado por todas partes, e incluso les contó acerca de la muerte de la cruel madrastra. Dejando caer los tesoros a los pies de su padre, los niños se arrojaron en sus brazos. Así juntos olvidaron todos los malos momentos que habían pasado y supieron que lo más importante en la vida es estar junto a los seres a quienes se ama, y siguieron viviendo felices y ricos para siempre.


 

 


 

lunes, 11 de junio de 2012

El muñeco de nieve


Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.
La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla.
Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba…
Pero pronto los días empezaron a ser más largos y los rayos de sol mas calidos… El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.

Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus lágrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.

Rapuncel


Habia una vez una pareja que hacía mucho tiempo deseaba tener un bebé. Un día, la mujer sintió que su deseo ¡por fin! se iba a realizar. Su casa tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín lleno de flores hermosas y de toda clase de plantas. Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja. Un día, mirando hacia el jardín, la mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas que se veían tan frescas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y como pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se puso enferma. Su marido, preocupado, decidió realizar los deseos de la mujer.
En la oscuridad de la noche el hombre cruzó la muralla y entró en el jardín de la bruja. Rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas y corrió a entregárselas a su esposa. Inmediatemente la mujer empezó a comerlas y a ponerse buena. Pero su deseo aumentó, y para mantenerla satisfecha, su marido decidió volver al huerto para recoger mas manzanas. Pero cuando saltó la pared, se encontró cara a cara con la bruja. "¿Eres tu el ladrón de mís manzanas?" dijo la bruja furiosa. Temblando de miedo, el hombre explicó a la bruja que tubo que hacerlo para salvar la vida a su esposa. Entonces la bruja dijo, "Si es verdad lo que me has dicho, permitiré que recojas cuantas manzanas quieras, pero a cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo seré su madre." El hombre estaba tan aterrorizado que aceptó. Cuando su esposa dio a luz una pequeña niña, la bruja vino a su casa y se la llevó. Era hermosa y se llamaba Rapunzel. Cuando cumplió doce años, la bruja la encerró en una torre en medio de un cerrado bosque. La torre no tenía escaleras ni puertas, sólo una pequeña ventana en lo alto.Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de la torre, se paraba bajo la ventana y gritaba: "¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza! Rapunzel tenía un abundante cabello largo, dorado como el sol. Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba en trenzas y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza y se subía hasta la ventana. Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó para escuchar. Quien cantaba era Rapunzel. Atraído por tan melodiosa voz, el príncipe buscó entrar en la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para escucharla. 
Uno de esos días, vio a la bruja acercarse a los pies de la torre.El príncipe se escondió detrás de un árbol para observar y la escuchó decir: "!Rapunzel! ¡Rapunzel!, ¡lanza tu trenza!" Rapunzel dejó caer su larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana. Así, el principe supo como podría subir a la torre. Al día siguiente al oscurecer, fue a la torre y llamó: "¡Rapunzel!, ¡Rapunzel!, "¡lanza tu trenza!" El cabello de Rapunzel cayó de inmediato y el príncipe subió. Al principio Rapunzel se asustó, pero el príncipe le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le había robado el corazón. Entonces Rapunzel olvidó su temor. El príncipe le preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin pensarlo mucho porque estaba enamorada del príncipe y porque estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la tenía presa en aquel tenebroso castillo. El príncipe la venía a visitar todas las noches y la bruja, que venía sólo durante el día, no sabía nada. Hasta que un día, cuando la bruja bajaba por la trenza oyó a Rapunzel decir que ella pesaba mas que el príncipe. La bruja reaccionó gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió cortar todo el cabello de Rapunzel, abandonándola en un lugar lejano para que viviera en soledad.Al volver a la torre, la bruja se escondió detrás de un árbol hasta que vió llegar al príncipe y llamar a Rapunzel. Entonces enfurecida, la bruja salió del escondite y le dijo: "Has perdido a Rapunzel para siempre. Jamas volverás a verla". Por lo que el principe se quedó desolado. Además, la bruja le aplicó un hechizo dejando ciego al principe. Incapacitado de volver a su castillo, el principe acabó viviendo durante muchos años en el bosque hasta que un día por casualidad llegó al solitario lugar donde vivia Rapunzel. Al escuchar la melodiosa voz, se dirigió hacia ella. Cuando estaba cerca, Rapunzel lo reconoció. Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso triste cuando se dio cuenta de su ceguera. Lo abrazó tiernamente y lloró. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego y de inmediato los ojos de él se llenaron de luz y pudo voler a ver como antes. Entonces, felizes por estaren reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy felices.

Yaneli la estudiosa

Yaneli era una niña a la que le costaba mucho estudiar, ella estudiaba y estudiaba pero cuando llegaba el examen todo se le olvidaba. Ella ya estaba cansada porque lo suspendia todo asi que cuando llego el dia de un examen final ella se copio de un compañero y aprobo.
Yaneli se sentia muy mal porque sabia que eso era trampa asi que cogio y se lo conto a su profesora, la profesora al ver que Yaneli estaba arrepentida decidio acerle otro examen a solas.
Yaneli lo hizo y muy bien ya que lo aprobo y paso de curso.
Yaneli decidio contarlo todo y aun asi consiguio pasar y se dio cuenta de que si estudias y no se te queda es porque has estudiado poco, Yaneli aprobo siempre sin copiar.

                                                                                                                         FIN

Peter Pan

 
Había una vez una niña muy buena llamada Wendy, que tenía tres hermanitos, y para que éstos se durmieran solía contarles historias muy bonitas. La noche en que comienza nuestro cuento les contaba las aventuras de Peter Pan.
-....Y siempre está haciendo buenas obras, y sabe volar, y le acompaña Campanita, que es una niña con alas de mariposa, tan pequeña que cabe en la palma de la mano, y además vive en un país maravilloso, que se llama la isla de Nunca Jamás.
-¡Ay Wendy......! Cuánto me gustaría poder viajar con él y no tenerme que dormir ahora, y mañana madrugar para ir al colegio.
-Y a mi también......yo no quiero estar aquí.
-Pero ¡será posible que todavía estéis despiertos, vamos todos a la cama!, y tú Wendy, por favor, no les cuentes más cosas. ¡Ala, buenas noches, un beso a los cuatro y a dormir!
-Buenas noches papaíto.
-Oíd, ¿Estáis viendo lo que veo yo? Hay alguien en la ventana.....Si son Peter Pan y Campanita..........
-Hola a todos, he oído que no queríais dormir y que os gustaría visitar con nosotros la isla de Nunca Jamás.
-¡Sí.....sí......!
-Muy bien. Campanita, échales un poquito de tu polvo mágico.
Y campanita, la niña mariposa, sacudió un poco sus alas, y en un instante los niños se encontraban volando junto a ella y a Peter Pan.
-¡Mirad, mirad que pequeñita se ve nuestra casa desde el aire!
-Pues yo veo por allí acercarse una isla.....¡Uy, qué bonita!
-Esa es la isla de Nunca Jamás. En cuanto aterricemos, Campanita, llevas a los niños al árbol de la alegría, mientras yo voy a dar una vuelta por los alrededores del barco del capitán Garfio por si ha hecho alguna de las suyas.
-Está bien Peter Pan.
Peter Pan, nada más llegar, se acercó a vigilar la goleta del capitán Garfio. Éste era un pirata malísimo y gran enemigo de Peter Pan, desde que por su culpa, según contaba él, le había comido una mano un cocodrilo que siempre le perseguía. En lugar de la mano, llevaba un garfio, y por eso le llamaban así. Cuando Peter Pan avistó el barco, enseguida comprendió que algo extraño ocurría, se acercó un poco más y lo que vio lo llenó de asombro.
-¡Dios mío, ha raptado a Flor Silvestre, la princesa india! Seguramente querrá sonsacarle donde está mi escondite. Iré inmediatamente a rescatarla del garfio de ese tunante.
-¡Atención se acerca Peter Pan! ¡Socorro!
-¡Al ataque! ¡Socorro!
-¡Vamos! ¡Acabemos con él!
-Dejádmelo a mí, yo lo atraparé. No te escaparás Peter Pan.....jajaja.
El capitán Garfio lanzó un terrible mandoble sobre Peter Pan, pero éste lo esquivó y en un momento desarmó al malvado pirata.
-¡Tú si que estás listo, quieto!, si das un paso más caerás al agua y allí está tu amiguito el cocodrilo esperándote. Vamos ríndete.
-Me rindo, me rindo......¡Maldita sea!
Entonces Peter Pan, tomó en sus brazos a la princesa india y se alejó volando del barco de los piratas para llevarla a su campamento. La princesa y su padre, el gran jefe, agradecieron tanto lo que había hecho, que lo invitaron a él y a sus amiguitos a una gran fiesta en el poblado.
-Después de esta fiesta os mostraré la isla, ¿Eh Wendy, qué os parece?
-Estupendo, gracias Peter Pan.
-Vives en un país maravilloso.
Y así fue, fueron todos juntos a recorrer la isla. Comían sus frutos, se bañaban en sus playas, y jugaban cuanto querían......Todos lo pasaban sensacional, menos campanita, que estaba toda enfurruñada porque tenía celos de Wendy.
-Desde que han venido los niños sólo tiene ojos para Wendy, y a mi no me hace caso, ¡Qué desgraciada soy!.
Tanto lloraba y tan clara se oía su voz por el bosque que su pena llegó a oídos del Capitán Garfio, y éste decidió raptarla, para ver si por rabia, le decía donde podría encontrar a Peter Pan. -¡Id ahora mismo, tú “ojo oblicuo” y “tú poco pelo” a raptar a Campanita, y que no se haga de noche sin que hayáis cumplido mi orden! ¿Entendido?.
-Sí, sí jefe, seguro que la traeremos.
Mucho trabajo les costó a “ojo oblicuo” y “poco pelo” capturar a Campanita que volaba muy bien. Pero en un momento de descuido se hicieron con ella utilizando un cazamariposas. Enseguida se la llevaron al capitán que se puso contentísimo al verla.
-¡Jajaja, jajaja! Aquí tenemos a Campanita bien agarradita......jajaja......me han dicho que últimamente
 
Peter Pan no te hace mucho caso ¿verdad?.
-Pues no mucho la verdad.......como está enseñando la isla de Nunca Jamás a los niños......
-Pues ¿sabes una cosa Campanita? Eso puedo yo arreglarlo, si tú me dices dónde vive Peter Pan, yo te prometo separar a los niños de él......jajaja.....
-Pero ¿promete usted también no hacer daño a Peter Pan, Capitán Garfio?
-Claro querida Campanita......prometo no hacerle daño yo personalmente.
-Bueno siendo así.........el escondite de Peter Pan es en el árbol de la alegría, mire en este mapa de la isla, ¿ve? Aquí.
El Capitán Garfio dio un salto entusiasmado, y metiendo a Campanita en un farol para que no pudiera escapar, se puso a dar órdenes a sus hombres:
-Tú “poco pelo” vas a ir inmediatamente al árbol de la alegría y dejas allí este paquete. Ten mucho cuidado que es una bomba que estallará a las 12 en punto. Así que vete rápidamente, ¡vamos, vamos!.
Eran las 11 y media cuando “poco pelo” depositó el paquete en casa de Peter Pan. A las 12 menos cuarto, llegó éste con los niños y al ver el paquete lo cogió y leyó en él: “No abrir hasta las doce en punto” y firmaba Campanita.
-Vaya, un regalo de Campanita, parece que suena algo dentro. Ahhhh, me da la impresión de que es un reloj, ¡qué bien!, pero hasta las 12 no puedo abrirlo, esperaré.
Mientras tanto, Campanita, que había oído toda la terrible maquinación del Capitán Garfio contra Peter Pan, estaba nerviosísima, intentando salir del farol donde la había encerrado el pirata.
-Tengo que avisar a Peter Pan, si no salgo de aquí estallará la bomba y morirán todos. Tengo que escapar como sea.
Tanta era su desesperación que rompió el farol y voló tan rápido como pudo hacia el árbol de la alegría. Faltaban sólo unos segundos para las doce. Campanita se lanzó empicada hacia el paquete que Peter Pan sostenía en sus manos y arrebatándoselo lo lanzó todo lejos que pudo.
-Pero Campanita, ¿qué ocurre, porque has hecho eso, porque explota el paquete como una bomba? No entiendo nada.
-Era todo un plan para mataros, era una bomba de verdad, preparada por el Capitán Garfio que me raptó. Yo por celos de Wendy le dije donde vivías. Por favor, Peter Pan, te pido que me perdones, he podido mataros a todos.
-¡Claro que estás perdonada! Si no es por tu rapidez, no sé lo qué hubiera pasado. Ahora hay que ir y darle su medicina al Capitán Garfio.
En un instante se plantó Peter Pan en el barco de los piratas y se los encontró a todos cantando:
-“........Ahora podremos hacer muchísimas más fechorías, porque el tema de Peter Pan ha pasado a mejor vida....... ahora podremos hacer muchísimas más fechorías, porque el tema de Peter Pan ha pasado a mejor vida.......”
-¡Atención, se acerca Peter Pan!.
-¡Eh, maldición, está vivo, a él piratas, no lo dejéis escapar!
Esta vez, Peter Pan, luchaba con la fuerza de un ejército entero, y especialmente luchaba contra el Capitán Garfio que estaba empeñado en empujarlo hacia el agua, donde esperaba el cocodrilo con su enorme boca abierta.
-¡Ah.....Peter Pan, esta vez acabaré contigo, ya estoy harto de que me estropees todos mis planes....!
Estaba diciendo esto cuando tropezó con una soga y cayó al agua.
-¡Socorro, socorro, auxiliooooooo, ahhh, que se me come el cocodrilo....!
Y efectivamente, el cocodrilo que estaba esperando la primera ocasión no tardó ni un segundo en merendarse al Capitán con garfio y todo. Los piratas, al ver esto, se rieron.
-Por favor, Peter Pan, no nos hagas nada a nosotros. Perdónanos y te prometemos cambiar de vida y ser buenos de ahora en adelante.
-Está bien, así sea.
Y los piratas se marcharon y no volvieron a hacer de las suyas. Peter Pan se reunió con los niños, y todos decidieron volver a su casa para que sus padres no se preocuparan por la tardanza. Así lo hicieron, pero había sido una aventura tan bonita la que vivieron con Peter Pan, que nunca la olvidaron en su vida, así que se la contaron a sus hijos cuando los tuvieron, y éstos a sus hijos, y éstos a los suyos, y éstos a los suyos..................
                                                                        

                                                                                   
                                                              FIN


viernes, 8 de junio de 2012

Bambi

 
Un linda mañana de primavera una gran novedad despierta a todos los animales del bosque, todos corren muy contentos a conocer al pequeño príncipe llamado Bambi ,que acaba de nacer.
El pequeño intenta con mucha torpeza ponerse de pie, pero sin éxito cae rápidamente; a él se le acerca Tambor, un conejo muy simpático que trata de acercársele.
Pasan algunos días y Bambi y su madre salen a pasear al bosque, donde se encuentran con muchos animales desconocidos para el pequeñín. A su encuentro sale Tambor con algunos amiguitos.
Pobre Bambi... tiene mucho que aprender confunde nombres de flores con animales y todavía no puede pronunciar correctamente las palabras.
Un día su madre lo llevó a pasear por el campo donde conoció a falina, una cierva que se encontraba allí. Bambi estaba muy avergonzado por la presecia de ella, pero rapidamente se hicieron amigos.
De pronto... todos se detienen frente a un ciervo que se destaca por su gran imponencia, era el rey,  y Bambi con un poco de miedo se esconde entre las patas de su mamá.
El otoño paso y el paisaje se cubrió de blanco, el invierno había llegado.
Fueron pasando los días... hasta que una mañana el sonido de disparos invadió el bosque y alertó a todos los animales:
         -Deprisa Bambi! Sálvate, corre para el bosque!
Bambi corrió sin rumbo y con desesperación elevo un grito desgarrador llamando a su madre.
-       - Mamaaaaaaaaaa!.
Bambi elevó los ojos y vio a el gran ciervo rey, y comprendió que él era su padre y que su pobre madre habia muerto.
La primavera llegó invadiendo todo con amor, encontrando a Tambor y a Bambi más grandes y cada ves más amigos.
Mientras paseaban, Bambi se encontró nuevamente con Falina y muy emocionado
 comienza a perseguirla. Pero de repente... otro ciervo enfrenta a Bambi disputando a Falina. Bambi gana la pelea y de ésta manera demuestra que es capaz de defender a la cierva.
Vuelve el otoño y con él los cazadores y sus perros de caza. Una de las bala alcanza a Bambi que cae tendido sobre la tierra.
Mientras tanto el viento reaviva una hoguera mal apagada y el fuego se extiende por todo el bosque. El papá de Bambi surgió en medio de las llamas para socorrerlo. Bambi se ha salvado, Falina y sus amiguitos también.
El tiempo pasa y los árboles jóvenes se prepararon para la llegada de la primavera, que trae consigo la dicha de que Bambi y Falina sean padres de dos hermosos ciervitos viviendo bajo los arrayanes de aquel bosque encantado.


 Fin


La realidad de sus sueños


Habia una vez en un pueblo lejano escondido en el bosque en el que vivian familias a las que les gustaba estar en silencio y a solas. Entre ellos habia una familia los Gutierrez, que tenian una hija Bela a la que la vida que llebaban no le gustaba nada.
A ella le gustaba cantar y bailar y soñaba con que algun dia podria ir a la gran ciudad a triumfar como cantante, pero su familia y todo el mundo le decia que eso no iva a pasar.
Bela no se rindio y siguio cantando y bailando, pero su familia se canso de verla, porque decian que eso era pecado asi que le prohibieron bailar y cantar, Bela se entristezio mucho.
Un dia cuando su familia se fue a la cuidad a por probisiones Bela cogio su maleta y se fue a la gran ciudad a cumplir su sueño, una gran decision porque se hizo muy famosa, aunque no volvio a ver a su familia Bela fue feliz en parte y se dedico en cuerpo y alma a la musica y el baile.

                                                                                FIN